Formar un solo corazón y una sola alma, en unión con el Corazón de Jesús

Circular

Queridos hijos,

Al comienzo de este año nuevo, siento la necesidad de intercambiar con todos ustedes, algunos pensamientos. Hijos del Sagrado Corazón, debemos tener más que cualquier este ideal de no formar más que un solo corazón y una sola alma, en unión con el Corazón de Jesús.

I. Quisiera en primer lugar recordarles nuestras prescripciones del pasado mes de mayo relativas a la adoración y a la exposición del santo sacramento. Se trata de la puesta en práctica de los artículos 3 y 4 de nuestras Constituciones. No es para nosotros una devoción supererogatoria, es un acto sustancial de nuestra vocación y de nuestra misión aprobado por la Iglesia. Debemos realizar un acto de adoración reparadora ante el santo sacramento expuesto diariamente en algunas casas y periódicamente en otras. Nuestro consejo pensó que ninguna casa debería estar exenta de tener la exposición del santo sacramento al menos unas horas por semana.

II. Para responder a los reclamos y deseos de Nuestro Señor, que él mismo hizo oír a Santa Gertrudis y a la bienaventurada Margarita María, hagamos con particular devoción la adoración reparadora durante los días del carnaval. ¡Los piadosos fieles lo hacen bien en las parroquias! Notarán que hemos insertado en nuestro ordo, el martes después de Quinquagésima, con el consentimiento de la Santa Sede, el oficio de la flagelación de Nuestro Señor, tan conforme a este espíritu de reparación.

III. Tuvimos la gracia de hacer este año nuestro retiro de renovación. No debe quedarse sin beneficios espirituales. El abuso de las gracias es la mayor desgracia de la vida cristiana. Recuerden las meditaciones de este retiro. Repítanlas en sus retiros mensuales, en su adoración, en sus lecturas espirituales. Les hemos vuelto a contar las condiciones de la vida interior. Vuelvan a leer los mejores libros que describen las reglas, por ejemplo, El hombre espiritual del Padre [Jean-Baptiste] Saint Jure, El hombre de oración del Padre [Jacques] Nouet. Verán que hay dos disposiciones principales en las que debemos vivir: la pureza del alma y la unión práctica con Nuestro Señor – Purifiquémonos y corrijámonos del pecado, incluso venial, de la tibieza, de nuestros defectos naturales, de la agitación y de la disipación. – Unámonos a Nuestro Señor por el recogimiento y la vida de fe: – por las oraciones jaculatorias; – por la meditación y la imitación de las virtudes de Nuestro Señor – por la docilidad a la conducción del Santo Espíritu. – También les hemos recordado toda la doctrina y práctica de la devoción al Sagrado Corazón. Los buenos libros no faltan para ayudarlos a recordar estas lecciones. Para la práctica, creo que será útil para todos ustedes servirse con frecuencia de las oraciones y ejercicios de Santa Gertrudis o del Pequeño Breviario del Sagrado Corazón tomado de los escritos de Margarita María. Estas queridas santas son como las evangelistas del Sagrado Corazón.

V. Finalmente, quiero recomendarles urgentemente la unión, la paz, la caridad entre nosotros, entre las provincias, las casas y todos los miembros de la Obra.

Se debe poder decir de todos los hijos del Sagrado Corazón: «Mirad cómo se aman». Sepamos hacer todos los sacrificios necesarios para esta unión, sacrificios de amor propio, sacrificios de interés. – ¿No es el apóstol San Juan nuestro modelo y el primer sacerdote del Sagrado Corazón? ¡Y bien! No recomendaba nada más enfáticamente que esta caridad mutua. – Escuchémosle. – Oremos unos por otros. Oremos por nuestra querida familia del Sagrado Corazón. – Observemos atentamente nuestras Constituciones, nuestro Directorio, nuestros Reglamentos aprobados por el Capítulo, y el Sagrado Corazón de Jesús será misericordioso con nosotros.

Bruselas, 29 de enero de 1910, fiesta de san Francisco de Sales.
Juan del Corazón de Jesús

Dehon, Carta Circular del 29-01-1910

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